Gracias al incremento que se ha dado recientemente en la cantidad de iguanas que viven como mascotas, el tema de la alimentación está en pleno estudio. Pueden darse recomendaciones sobre qué alimentos se pueden dar, cuáles han demostrado ser nocivos y qué requerimientos se deben cumplir. A partir de ahí cada propietario decidirá según sus gustos y, por supuesto, los de su iguana.
Las iguanas son vegetarianas estrictas, esto es: no necesitan consumir ninguna fuente de proteína de origen animal para vivir. Si en la naturaleza ingieren algún insecto es solo por casualidad, probablemente al tragar una hoja grande, o porque no hay otro alimento disponible. Tienen pequeños dientes preparados para romper las hojas y tragan pedazos grandes sin masticarlos. Solo ocasionalmente toman agua, y lo hacen sumergiendo parte de la cabeza bajo la superficie. A veces solo lamen gotitas de lluvia o rocío que se encuentran sobre las hojas de las plantas.
Lo más importante de la alimentación es proveerle comida y agua frescas todos los días. El agua sucia o los vegetales en mal estado pueden ocasionar problemas de salud además de crear un ambiente desagradable.
La cantidad de alimento a suministrar depende del tamaño de la iguana. Simplemente hay que darle la cantidad que pueda comer, ya que no se sobrealimentan. Después de estudiarla unos días cualquier propietario podrá saber cuál es la medida apropiada. Una vez que haya terminado de comer, te conviene retirar lo que sobre par evitar que se eche a perder y mantener así la jaula limpia. Además así se acostumbra a comer en un horario determinado.
El mejor horario para alimentar a los reptiles es por la mañana, entre media y una hora después que se despierte. De esta manera tienen todo el día con temperaturas más elevadas para digerir lo que han comido. Puede volver a comer durante el día si quieres, pero el grueso debe darse a la mañana. Te recomiendo darle de comer siempre a la misma hora para que defeque regularmente. Esto te sirve si quieres enseñarle a usar una bandeja o para limpiar enseguida y que no queden las heces en al jaula mucho tiempo.
El plato puede ser de cerámica, plástico o vidrio, debe ser chato y grande porque a las iguanas les gusta treparse para escarbar en la comida. Cualquier material que escojas debe ser bien lavable y si es pesado tanto mejor, para que no puedan volcarlo. Conviene ubicar el plato en una parte alta de la jaula, así evitarás que trague substrato accidentalmente o que la comida esté en contacto con la materia fecal. En cuanto a los platos de agua, es mejor que haya más de uno. Usualmente se coloca uno grande en el fondo de la jaula para que se sumerjan, y casi siempre lo usarán para defecar. Por ello conviene poner otro más pequeño, como para que no pueda entrar en él, en algún sitio elevado, en caso que quiera beber. Los platos de agua sirven también para mantener el ambiente húmedo, pues el líquido se evapora por las altas temperaturas del recinto.
Finalmente debes recordar que una parte importante de la buena alimentación de una iguana es una fuente adecuada de radiación UV. Gracias a los rayos ultravioletas el organismo puede formar suficiente vitamina D3 para absorber el calcio de los alimentos. La mejor fuente de estas radiaciones es la luz solar sin filtrar, así que es bueno tener una jaula en el exterior para que la iguana se asolee al menos una hora todos los días. Si no puedes, utiliza tubos de buena calidad como fuente artificial.
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