El cuidado de los cachorros con presencia de la madre
En situaciones normales la madre se encargará de alimentar, mantener calientes y lavar a los perritos. Tú solo deberás ocuparte de mantener el entorno de cría en condiciones óptimas. Para ello, es necesario reemplazar con frecuencia los papeles o la sábana que recubre el suelo en el que estén los pequeños, mantener una temperatura ambiental adecuada y proveer a la madre con agua fresca y un pienso específico de buena calidad. Ten en cuenta que el apetito de las perras aumenta considerablemente durante el período de lactancia.
Es recomendable controlar el desarrollo de los cachorros, pesándolos a medida que van creciendo ¡Un cachorro sano debe duplicar su peso durante los primeros diez días de vida! Esto se debe a que, durante los primeros días, los pequeños solo comen y duermen, reservando todas sus energías para crecer. Es posible detectar cuando un cachorro no está bien alimentado si llora, está inquieto o se muestra decaído.
Si han nacido muchos cachorros o la madre los rechaza, es posible que debas alimentar a algunos con leche maternizada para cachorros. Es recomendable alternar las tomas de leche materna con la alimentación artificial para que ninguno se quede sin leche materna, ya que ésta contiene los anticuerpos que les protegerán contra posibles enfermedades. Cuando alimentes a un cachorro con biberón, es importante que lo devuelvas inmediatamente a su madre para que se ocupe de su cuidado como el lamerlo, un incentivo necesario para que el cachorro orine y defeque normalmente.
Cuidado del cachorro huérfano
Hay casos en que la madre no puede ocuparse en absoluto de cuidar a los cachorros y tendremos que hacerlo por ella. La etapa más delicada son las primeras dos semanas. Los cachorros tienen los ojos y los oídos cerrados y hay que ayudarlos a mantener su temperatura corporal.
Es fundamental proporcionarles una fuente de calor (no es suficiente con abrigarlos). Durante la primera semana, la temperatura ambiental debe ser de 32ºC, bajando a 29ºC entre los 7 y 21 días y a 24ºC al llegar a los 30 días. Es muy importante vigilar la temperatura de los cachorros constantemente, dado que si se enfrían dejarán de alimentarse. Ten mucho cuidado si usas botellas de agua caliente o almohadillas térmicas, pues esto puede quemar fácilmente a un cachorro pequeño.
Cuando limpies el cuerpo y la cara del cachorro con un paño húmedo, frota su abdomen presionando en dirección al ano. Esto, además de lavarlo, le estimula su digestión y les ayuda a hacer sus necesidades. Debes repetir el procedimiento entre 6 y 8 veces al día, después de cada comida y vigilar que la cama esté siempre bien seca.
Déjale que se mueva para que haga un poco de ejercicio, ten en cuenta que cuento están con la madre los cachorros deben competir con sus hermanos para alimentarse, por lo que tienen que moverse bastante. También se recomienda sostenerlos en las manos para estimularlos con el contacto.
Es importante controlar su aumento de peso. Un cachorro huérfano debe aumentar cada día entre 2 y 3 gramos por kg de peso adulto (si no es de raza puedes estimarlo por el peso de la madre).
Para sustituir la leche materna, lo mejor sería conseguir leche de otra perra que esté amamantando, pero como esto no siempre es posible, La otra alternativa, son las fórmulas de reemplazo para la leche de perra, aunque también podemos preparar un sustituto casero con la siguiente receta: 250 ml de leche de vaca entera+1 yema de huevo+2 a 4 gotas de un suplemento de vitaminas para bebés. Lo ideal es preparar pequeñas cantidades para que la mezcla no se eche a perder y administrarla a temperatura corporal. Hasta que tengan tres semanas, los cachorros comerán entre 6 y 8 veces al día. A partir de ese momento pueden tomar leche 4 veces al día y empezar con un alimento sólido.
Utiliza un biberón pequeño para suministrar la leche. Asegúrate de que la tetina cabe bien en su boca y de que el cachorro no tiene que hacer demasiado esfuerzo para terminar su ración.
Si el cachorro no succiona del biberón, acude a tu veterinario inmediatamente para que te ayude a encontrar una solución que garantice la correcta alimentación del cachorro.
El primer alimento sólido de los cachorros puede ser una porción de pienso para cachorros de buena calidad disuelto con un poco de agua o con la fórmula que le estabas dando antes. Una vez que se acostumbre, añade cada vez menos líquido hasta que alcancen entre 6 y 8 semanas. Llegados a ese punto, deberán comer solo el alimento sólido.
Los cachorros recién nacidos son muy frágiles y se desestabilizan rápidamente. Los problemas más frecuentes son la deshidratación, la hipotermia y la diarrea. Asegúrate de que estén siempre bien hidratados, deben verse gorditos y con la piel turgente, no acartonada o desvitalizada. Revisa su temperatura corporal tocándoles frecuentemente, su cuerpo y sus extremidades deben estar siempre tibias. Las heces de los cachorros normalmente son amarillentas y blandas, pero pueden volverse más acuosas en caso de un cambio de dieta de la madre o al darles fórmula para cachorros.
Te recomendamos que observes a los cachorros con mucha atención, para avisar al veterinario en caso de que detectes algún comportamiento extraño ¡Y dales mucho, mucho cariño! Te lo devolverán en forma de amor incondicional gracias al vínculo afectivo que se genera a través de los primeros cuidados.
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