Los dragones barbudos necesitan a un terrario espacioso y bien ventilado, para que incluya una variedad de espacios y permita lograr el gradiente termal indicado. El tamaño para un ejemplar adulto será de 90x30x40 cm. como mínimo. En caso de ser más de un animal, se deben aumentar considerablemente las dimensiones para evitar la superpoblación y asegurarnos de que cada individuo cuenta con una zona que puede considerar como suya. La tapa del mismo debe evitar escapes.
La decoración debe recrear una sabana o un desierto ya que el sustrato en su ambiente natural es arena. En cautiverio se recomienda usar conchilla (la de los acuarios) o arena gruesa esterilizada. Estas mascotas necesitan escondites, áreas de ejercicio y zonas de reposo para tomarse el sol y prevenir el estrés. Para crear estos espacios se puede usar una caja de madera con aberturas y colocar pequeñas rocas, troncos, cuevas y rama o piedras para que cada dragoncito pueda asolearse (las ramas y rocas deben estar aseguradas para que no caigan). Pueden ponerse unas plantas pero no resulta práctico y no hace diferencia para el animal. Como sustrato puede usarse arena o tierra que se comercializa en establecimientos especializados, césped artificial, papel de periódico (mejor para las crías), serrín o cortezas trituradas.
Los dragones barbudos, como todos los animales diurnos, tienen la necesidad de radiación ultravioleta para sintetizar la vitamina D (que permite la fijación del calcio), por lo que habrá que instalar un tubo UV especial para reptiles. Además, si el terrario se encuentra en una habitación poco iluminada durante el día, se debe complementar la iluminación con una lamparita o spot, que además pueden ayudar a brindar más temperatura en invierno. Este tubo debe estar encendido unas 10-12 horas para proporcionar el fotoperiodo, esto se logra gracias a un temporizador.
Aunque los dragones barbudos son habitantes del desierto, así como con todas las especies desérticas, demasiado calor puede ser tan peligroso como demasiado frío. Estos dragones pasan la parte más cálida del día en escondites relativamente más frescos. El terrario debe proveer el gradiente termal adecuado: durante el día la temperatura debe oscilar entre los 24º C (en la parte fresca) y los 30º C (en la parte cálida), con un área de reposo entre 32º y 35º C.
De noche la temperatura de la parte fresca no debe ser menor a 21º C. Esto puede lograrse usando una piedra calefactora o un cable térmico que irá colocado en el suelo del terrario y bajo un cartón (se supone un terrario de madera) para evitar las quemaduras y el contacto con líquidos, sobre el cartón irá el sustrato. El terrario no debe estar nunca "mojado", debe ser relativamente seco pero es recomendable pulverizar una vez al día al dragón con agua tibia, sobre todo durante la muda.
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