viernes, 1 de abril de 2016

Guía de buenas prácticas en Parques Caninos (Pipican)


En algunos parques caninos hay un cartel en el que se informa de unas obligaciones dentro del parque:
  • La obligatoriedad de la recogida de excrementos de tu perro.
  • Menores siempre acompañados de un adulto.
  • Perros denominados PPP con bozal
Y poco más, pero hay una serie de reglas no escritas y que atienden más al sentido común que a las propias normativas que pudiera establecer el consistorio de una ciudad y que en algunos países ya son tenidas en cuenta.

ENTRE ELLAS PODRÍAMOS DESTACAR:
  • No entrar con perras en celo. Una perra en celo puede revolucionar a los demás perros, provocando peligrosas peleas aparte de poder quedarse preñada de forma involuntaria.
  • Jamás mantener con correa a un perro dentro de un recinto donde están sueltos. Es más que posible que un perro atado desencadene una pelea o incluso pueda lastimar a otros perros o personas con la correa.
  • No llevar a un perro que se va a portar mal o lo va a pasar mal. Si sabemos que nuestro perro no va a saber interactuar de la manera correcta con otros perros o simplemente va a pasar miedo, deberíamos buscar otro contexto donde pasear a nuestro perro o quizás cambiar el horario y estar siempre atentos por si debiéramos marcharnos.
  • No entrar perros con collares de púas, estrangulamiento o eléctricos. Aunque vayan sueltos pueden engancharse con otros perros y en el caso de eléctricos, al utilizarlos pueden crear peligrosas asociaciones con otros perros o personas.
  • Prohibir la entrada de comida para perros y humanos. La comida puede desencadenar problemas en perros con ansia por la comida. Mucho cuidado también con las golosinas para perros y su uso indiscriminado.
  • Que los perros excaven hoyos. No deberíamos dejar que ningún perro haga hoyos en el parque ya que pueden ser causa de lesión para otros perros o personas que los pisen.
  • La estancia de perros agresivos. Si tienes un perro agresivo, NO intentes socializarlo en un parque de perros o utilizar los perros de los demás como “sparrings” del tuyo.
  • La entrada de juguetes para perros (pelotas, mordedores, palos…). Hay perros que están totalmente rayados con el tema juguetes, perros que se vuelven muy posesivos con ellos y puede ser un desencadenante de peleas o de malos rollos.
ALGUNAS RESTRICCIONES MENOS FRECUENTES QUE NOS PODEMOS ENCONTRAR SON: 
  • Prohibido meter cachorros menores de 4 o 6 meses. Estamos hablando de parques concurridos o en hora punta. No es por el riesgo de las vacunas, pero sí porque pueden ser objeto de abuso de perros adultos.
  • Prohibido fumar y beber en el parque. Por respeto hacia el resto de no fumadores y porque las colillas terminan en el suelo que olisquean constantemente los perros. Una colilla tarda una década en biodegradarse.
  • Evitar el ladrido excesivo. Muchos parques están dentro de zonas urbanas y puede ser molesto para los vecinos pero además, puede ser causa de excitación para otros perros que jueguen.
  • Prohibir la entrada de bicicletas. Es un parque canino y los perros no montan en bicicleta. Si vas con el niño, deja la bicicleta fuera. Un perro puede hacerse mucho daño al chocar con una bicicleta o si se le cae encima.
  • Limitar la entrada a 3 perros por adulto. Porque es muy complicado poderse hacer cargo de más perros en caso de problemas. Prohibición de perros pequeños en la misma área de juego que perros grandes. Pueden resultar lastimados ya que para algunos perros, ver correr a un pequeño yorkshire puede ser como ver correr a una ardilla. Normalmente esta disposición es en parques con zonas reservadas por tamaño.

Y LUEGO ESTÁN ALGUNAS COSAS QUE SE REALIZAN CON DEMASIADA FRECUENCIA EN PARQUES Y QUE PODRÍAN ENTRAR EN LA CONSIDERACIÓN DE ERRORES QUE HABITUALMENTE COMETEMOS: 
  • Montar corrillos para hablar y despreocuparse de los perros. Esto es muy habitual y en ocasiones vemos grupos de personas en un pequeño círculo y los perros muy cerca aunque el parque sea extenso. Hay que supervisar, a lo que se va al parque canino es a sacar al perro no a hacer pandilla.
  • El tiempo de permanencia en el parque. No se deberían pasar horas en un parque canino. Un perro tiene de sobra con 30 minutos donde haya podido olfatear, correr, saludar y jugar con algunos perros. Todo el tiempo extra puede originar aburrimiento y “cuando el diablo se aburre…”. No es lo mismo estar en un parque solo con tus perros, que estarlo en presencia de otros 5 perros que no paran de jugar.
  • No saber diferenciar lo que es una disputa y lo que no. Hay que tener mucho cuidado de cómo intervenimos en una disputa entre perros. Si hay que separar a los perros lo ideal es hacerlo sin añadir nada más a la situación: sin gritos, gestos, manipulados extra, etc. Se separan y si es necesario, que uno de los dos perros o ambos, abandonen el parque con tranquilidad. Si nos ponemos a reñir a los perros o a dar toquecitos como ya hemos visto en ocasiones tras un suceso así, lo único que lograremos es que las próximas veces que ocurra sea peor y más difícil de solucionarlo.
  • Levantar y cargar a un perro pequeño. Entendemos el afán sobreprotector del propietario ante una situación que entrañe peligro para su pequeño perro, pero al levantarlo estás provocando una nueva situación que aún sobreexcitará más a los perros de alrededor que podrían incluso tirarte al suelo y morderte.
  • Evitar los perros abusones. Cuidar que en el juego haya cambios de roles. Si tu perro es un abusón insistente, lo mejor es llevárselo del parque o si tu perro está siendo acosado, vete.
  • Discutir con otros propietarios. Es posible que el comportamiento de nuestro perro o el de los demás pueda dar lugar a desagradables desencuentros, pero debemos intentar afrontarlos con afán constructivo y conciliador.
  • Pasarse todo el rato mirando el móvil. Si estamos pendiente del móvil no lo estaremos del perro ni sabremos qué pasa o por qué pasa.

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