En función del color, las circunstancias en las que aparece el agua turbia y la edad del acuario podremos atribuirlo a unas causas u otras. En este primer artículo nos enfocaremos a las causas básicas que se deben al montaje del acuario.
Agua blanca o grisácea
Elementos disueltos: si el color no desaparece al lavar la grava, la siguiente causa más probable es que algunos elementos disueltos, como los fosfatos, silicatos o metales pesados, estén alterando el agua. Existen en el mercado algunos clarificadores que a menudo resuelven el problema; sin embargo, según mi experiencia, la mayoría de las veces sólo ocultará los síntomas, y esto lo confirmaremos cuando, al cabo de un par de días, el problema vuelva a aparecer. Lo ideal, en este caso, es hacerse con un equipo de ósmosis de agua y unos buenos test para medir los parámetros del agua, empezando por el pH. Por otro lado, lo mejor sería introducir los elementos de nuestro acuario uno a uno hasta que encontremos la causa.
Colonia bacteriana: cuando el agua turbia aparece a los días, semanas o incluso meses después de haber armado el acuario, la causa principal será, seguramente, la inestabilidad de la colonia bacteriana. Hay que tener en cuenta que llevará varias semanas establecer las colonias de bacterias que son capaces de eliminar los desechos del agua.
Las plantas en descomposición o el exceso de comida pueden ocasionar una colonia bacteriana insana en nuestro acuario. La mejor manera de resolver este problema es manteniendo el acuario muy limpio mediante cambios parciales de agua y eliminando todos los desechos en descomposición. Si en el acuario hubiera partículas que fueran incapaces de eliminarse mediante los cambios de agua y el sifoneo, podemos usar floculantes para acuario, de manera que esas partículas se agrupen y puedan ser eliminadas más fácilmente por el filtro. Cuando hagamos esto, hay que asegurarnos de limpiar el filtro después porque lo estamos forzando a su máxima eficiencia.
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