viernes, 19 de febrero de 2016

Axolotes: Introducción a estas curiosas Mascotas

Los axolotes son animales anfibios de la familia de las salamandras, género Ambyostoma. Son originarios de México y se los conoce también como “pez con patas”, aunque no son peces ni tampoco reptiles. Esta especie se encuentra en la actualidad en la lista CITES de animales en vías de extinción debido a la pérdida de sus habitats naturales, pero por su importancia para la investigación y su popularidad como mascotas, hay una gran cantidad de ejemplares criados en cautiverio.


A diferencia de otras salamandras, los axolotes generalmente se mantienen en estado larval toda su vida, conservando las branquias y sin desarrollar párpados. Incluso alcanzan la madurez sexual y se reproducen en este mismo estado. En raras ocasiones ellos hacen metamorfosis y se convierten en adultos similares a las salamandras tigre. Son animales totalmente acuáticos y pueden tomar oxígeno del agua a través de sus branquias y de su piel, pero siempre salen a respirar aire en la superficie con sus pulmones rudimentarios.

En cautividad se crían axolotes de varios colores. La forma silvestre es marrón con puntos negros y amarillos brillantes. También se encuentran ejemplares negros, blancos, amarillos, blancos con branquias rojas y otras variaciones. Su tamaño alcanza entre 25 y 30 cm, dependiendo de la calidad del ambiente en el que vivan. Las hembras son más grandes y robustas y tienen la cabeza más redondeada que los machos.

Si quieres adoptar un axolote debes preparar un ambiente apropiado para él. Si bien no es una especie muy exigente, es importante que el agua sea de muy buena calidad. Al tener un tamaño de 30 cm necesitan un acuario largo, de aproximadamente 70-100 cm para poder nadar con comodidad. La profundidad debe ser de por lo menos 15 cm. Como toman oxígeno del aire no necesitas instalar un aireador, pero sí es importante poner un filtro con carbón activado y filtrado biológico que elimine los residuos nitrogenados. Es mejor que el filtro tenga un flujo de agua suave, ya que estos anfibios prefieren aguas estancas. El agua del acuario debe ser tratada para eliminar el cloro y no debe superar los 20ºC, o hasta 22 en verano. También debes realizar cambios parciales de agua cada 10-15 días aspirando los restos del fondo, pues los axolotes ensucian bastante el agua con sus deposiciones.

La ambientación del acuario es importante para el bienestar de cualquier especie que se encuentre en él. Si te gustan las plantas debes escoger ejemplares que prosperen con poca luz, ya que los axolotes prefieren ambientes sombreados. Es una buena idea buscar especies flotantes que limiten el paso de la luz. También se recomienda colocar las plantas o adornos en el centro del acuario, ya que les gusta nadar alrededor, pegados al cristal. Ten cuidado de usar adornos sin bordes filosos, porque por su tamaño son bastante torpes y pueden lastimar su piel sensible. Otro punto importante es la grava; escoge una que no sea muy pequeña para evitar que la ingiera cuando succiona restos del fondo. Si decides iluminar el acuario, busca una luz tenue, por ejemplo las luces LED azules nocturnas. Si tienes suficiente espacio es conveniente crear un refugio con troncos de espuma o resina, sin rebordes.

No te pierdas la segunda parte de este artículo, donde podrás leer sobre alimentación y otros cuidados.

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