lunes, 28 de marzo de 2016

Axolotes: alimentación y comportamiento

Ya hemos publicado un primer artículo sobre las características físicas, el hábitat y calidad del agua para tener un axolote saludable como mascota. Esta es la segunda parte sobre el cuidado de estas mascotas tan particulares.


Estos anfibios son carnívoros, por lo que es necesario suministrarles proteína de origen animal, que puede estar viva o muerta. Sin embargo el movimiento es un gran estímulo para que los axolotes comiencen a comer, especialmente las larvas recién nacidas. Las pequeñas larvas tienen que alimentarse todos los días, pero cuando son jóvenes o adultos pueden comer entre 2 y 4 veces a la semana (comen menos cuando la temperatura es más baja). Ellos en general no comen de más, de modo que simplemente retira todo lo que hayan dejado y espera hasta que su abdomen haya recuperado su tamaño habitual antes de volver a alimentarlos. Como sus pequeños dientes no sirven para masticar y partir una presa, solo pueden ingerir alimentos que quepan en su boca enteros. Es importante darles presas criadas especialmente como alimento, sin contacto con insecticidas ni fertilizantes y sin parásitos. Les encantan las lombrices de tierra o de agua, pequeños peces (con cuidado porque pueden transmitir parásitos), tubifex, daphnia, larvas de mosquitos, artemias, pequeños crustáceos, gammarus, etc.

Puedes comprar peces pequeños como alimento y dejar que vivan y se reproduzcan en el acuario del axolote, que los comerá cuando tenga hambre. Es importante que los sometas a una cuarentena previamente para no traer enfermedades al acuario. Los gusanos de la harina también son fáciles de criar, aunque no es conveniente darlos todos los días, porque la cubierta de quitina es difícil de digerir. Otra buena fuente de alimentación ocasional son recortes pequeños de carne de pollo, buey o pescado, pero solo para los axolotes que estén acostumbrados a comer piezas muertas.

Siempre se recomienda ofrecer una dieta variada para una buena nutrición. Existen alimentos balanceados para anfibios que puedes ofrecer a tu axolote (aunque no siempre lo aceptan), pero es mejor que no sea la única dieta que reciba.

Los axolotes jóvenes son muy inquietos y nadan constantemente, luego se vuelven más tranquilos con el paso del tiempo. También van perdiendo la agresividad, pues son sumamente agresivos entre ellos cuando son jóvenes, sobre todo a la hora de alimentarse. Si bien son animales tímidos que prefieren ocultarse, pueden acostumbrarse al contacto con las personas, incluso hasta comer de tu mano.

Los axolotes alcanzan la madurez sexual al año aproximadamente, sin embargo puede haber variaciones importantes en la edad según la alimentación, calidad del agua y condiciones del acuario. Presentan algunas diferencias entre los sexos; los machos son delgados y tienen grandes glándulas alrededor de la cloaca que hacen que la zona parezca más “inflada”. Las hembras tienen la cabeza más corta y ancha y su cuerpo es más ancho para albergar los huevos. Si has decidido criar, te conviene esperar hasta que hayan alcanzado su tamaño adulto de 30 cm o más, especialmente en el caso de las hembras.

Finalmente, si te gustaría tener un acuario con diferentes especies conviviendo, entonces un axolote no es una buena elección. Estos anfibios tarde o temprano acabarán comiéndose cualquier compañero que sea más pequeño que ellos. Además es casi inevitable que los peces muerdan sus llamativas agallas; si son suficientemente grandes pueden lastimarlos bastante. En cuanto a alojar a varios axolotes, solo podrán convivir si son adultos y tienen mucho espacio. Los ejemplares jóvenes se morderán unos a otros, y si son de distinto tamaño, el más grande puede comerse al más pequeño y terminarás teniendo un solo axolote, pero bien relleno.

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