Muy
frecuentemente me encuentro con propietarios que me dicen que cuando llegan a
casa y su perro ha hecho algo que no debía (pis, algún destrozo...) no los
reciben de la misma manera y parecen que estén arrepentidos, con lo cual,
interpretan que el perro ya sabe que ha hecho mal.
Pues bien, lo cierto es que el perro no tiene ni idea de si ha hecho bien o
mal.
¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿Por qué el perro adopta esa postura de
"arrepentimiento"?
Imagináos la siguiente situación: un perro que se hace pis en casa cuando está
solo. Cuando llegamos a casa y nos encontramos "el pastel", lo más
normal es que le echemos una pequeña regañina (en el mejor de los casos);
Cuando esto sucede más de una vez, el perro comienza a asociar la presencia del
pis y nuestra llegada a casa con que va a haber "lío". Y de esta
manera, cuando llegamos, el perro muestra signos de
"arrepentimiento", como por ejemplo, no venir a recibirnos o hacerlo
de una manera distinta a la habitual, mirarnos de lado, girar su cuerpo, venir
con la cola y orejas agachadas....Pero lo que está ocurriendo no es que el
perro sepa que hacerse pis en casa está mal, de hecho, ni recuerda que ha hecho
pis, sino que anticipa por anteriores experiencias que algo malo va a suceder
(nos vamos a enfadar), y trata mediante su lenguaje corporal, en este caso,
señales de calma, de apaciguarnos para que no le riñamos.
Un perro o un gato, no son capaces de asociar un hecho y una consecuencia, sino
es en el mismo instante en el que ocurre. Por este motivo es ridículo regañar a
un perro por algo que ha hecho hace ya un rato.
Adriana Mármol Etóloga
Clínica
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