domingo, 13 de marzo de 2016

Caries y Sarro dentario en Gatos

Estas alteraciones, bien conocidas en la práctica odontológica humana, también las advierte por desgracia el veterinario en la mayor parte de los gatos. Sin embargo, a diferencia del dentista, él no puede echar la culpa al paciente por descuidar el cepillado de los dientes o por comer dulces en abundancia.


La presentación de estas lesiones en los gatos depende sobre todo de la edad de los animales -en los gatos con más de ocho años de edad, la existencia de sarro es más la regla que la excepción-; por otra parte, la formación de sarro parece obedecer a una predisposición hereditaria. En algunas razas de gatos, especialmente en los persas, el sarro hace su aparición ya a la edad de dos a tres años. La posibilidad de que la formación de sarro se vea favorecida en los gatos por la composición de la comida, y el mecanismo por el que esto sucedería, es objeto actualmente de numerosos estudios.

A partir del sarro inicialmente amarillento y vehiculador de bacterias, se forma por incrustación de sales de calcio un sarro más duro y de color castaño grisáceo, que puede llegar a recubrir el diente por entero. Este proceso se acompaña de un desagradable olor en la boca.


Las caries son, como en el hombre, pequeños agujeros situados con preferencia en el cuello de las piezas dentarias, muy próximos a la encía. En ocasiones sólo se hacen visibles después de retirar la capa de sarro. Como éste, no suelen provocar trastornos llamativos.

El sarro puede eliminarse manualmente con ayuda de instrumentos especiales; si el gato es manso, puede realizarse sin anestesia. Por lo común se utiliza para la operación un aparato de ultrasonidos, como los empleados en odontología humana. En este caso es imprescindible actuar con anestesia.
Casi todas las manipulaciones veterinarias realizadas en los dientes de un gato deben efectuarse lógicamente con anestesia general, ya que estos pacientes no quieren abrir la boca voluntariamente, pues no toleran las intervenciones dolorosas. Igualmente, resulta casi imposible cepillar los dientes de los gatos como prevención del sarro.


Los dientes son revisados por lo regular en la visita que se hace al veterinario anualmente con motivo de las vacunaciones. Entonces se adoptan las medidas procedentes en cada caso.

Las caries pueden corregirse mediante empastes, pero esto sólo se realiza raras veces en la práctica, debido a lo laborioso y costoso de la intervención. Hasta ahora, los dientes careados o sueltos se suelen extraer simplemente. Conviene señalar que la falta de algún diente, o incluso de la dentadura completa, sólo influye escasamente en la ingestión de comida y con ello en la calidad de vida del animal.

Fuente: estasbarbara.com

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