¡Pero ojo! ¡Tienen sus puntos débiles y queremos compartirlos contigo! Así podrás conocer todo lo que necesitas saber sobre el lenguaje corporal de los gatos.
¿Alguna vez te has preguntado por qué tú pequeño peludo tienen ese gran repertorio de movimientos de cola? ¿O por qué sus orejas se mueven tan a menudo dependiendo de la situación? No, no es porque se aburra y necesite unos estiramientos. Los gatos expresan continuamente cómo se sienten con las diferentes partes de su cuerpo. Tanto la posición de las orejas como la del rabo pueden darte mucha información sobre su estado de ánimo, así que si lo observas un poco sabrás interpretar todos los signos correctamente y te será más fácil a la hora de tratar con él.
Analicemos primero la posición de la cola de tu felino:
- Hacia abajo y erizado: “Tengo miedo, ¡no me toques!”.
- Hacia arriba, en ángulo de 90º con el cuerpo: “¡Me alegro de verte!”.
- Si pega pequeños latigazos hacia los lados: “¡Estoy enfadado, cuidadito con las manos!”.
- Hacia arriba pero con la punta ondulada en el aire: “Qué a gustito estoy, ¡seamos amigos!”.
- Posición media, entre las piernas y ondulado en el aire: “Vaya, ¿qué será eso que llevas en la bolsa?, ¡me muero de curiosidad!”.
- Lo lleva hacia arriba y parece que tiene un tic nervioso: “¡Me vuelves loco! ¡Cuánto te quiero!”.
- El meneo variado de un lado al otro del cuerpo puede tener dos interpretaciones: “Estoy en celo” o “¿Me das mimos? Estoy cariñosón”.
- Hacia arriba y erizado como un plumero: “Más vale que te quites del medio o te arranco esa mano de un mordisco”.
Si además de en el rabo te fijas en la posición de las orejas de tu peludito, lo terminarás conociendo a la perfección y conviviréis en paz y armonía.
- Si las orejas están rectas, abiertas y hacia adelante no habrá problema. Tu gato está feliz.
- Si encuentras la misma posición de orejas abiertas hacia adelante y sus ojitos están achinados, como guiñando, tu gato está encantado de la vida. (De hecho si ves que tu gato te guiña alguna vez no te está seduciendo, sino que te está demostrando que está confiado y tranquilo. ¡Devuélvele el guiño!).
- Pero si ves que las orejas están rectas pero giradas hacia atrás, y además le añadimos los ojos fruncidos, tu gato está muy enfadado. Mejor dejarlo tranquilo un rato.
- Peor aún si las orejas están agachadas y sus pupilas dilatadas. Esto te indicará que se siente intimidado y quiere atacar. Ni lo molestes.
Esperamos que estos trucos te sean útiles para descifrar el enigmático lenguaje corporal de los gatos, aunque siempre mantendrán ese toque de misterio que tanto les caracteriza y que, reconozcámoslo, ¡nos encanta!
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