Los hámsters, gerbos, ratones, chinchillas y demás pequeños roedores que forman parte del grupo de las mascotas son animalitos limpios que no necesitan bañarse regularmente. Ellos pasan mucho tiempo acicalándose y gracias a eso su pelaje se mantiene sin manchas ni restos de suciedad. Por otra parte estos pequeños son casi todos originarios de paisajes desérticos, por lo que no están preparados para empaparse y mojarlos puede ser muy perjudicial para su salud.
Si bien es cierto que a veces tienen un olor bastante fuerte, lo que corresponde hacer es limpiar la jaula y renovar el sustrato. Ya verás que cuando hagas esto el olor disminuirá muchísimo.
Otro problema que suele presentarse es que el pelaje de nuestra mascota luce grasoso. Esto por lo general se debe a que la hemos manipulado e impregnado con la grasitud propia de nuestras manos. Lo mejor que hay para solucionar esto es brindarles un cuenco con arena limpia o con polvo para baño de chinchillas. Ellos se revuelcan allí y eliminan la grasitud de la piel; además es muy divertido observarlos darse un baño y refregar el polvo por todo su cuerpo.
Existen también infinidad de productos de belleza para roedores que te permiten mantener a tu mascota perfumada y con el pelo brillante sin necesidad de bañarla. Entre estos encontramos unas prácticas toallitas húmedas, espuma de baño seco, perfumes, atomizadores con aceite de almendras, etc.
A pesar de que no se recomienda darle un baño a los hámsters y otros roedores, a veces ocurre que se han manchado con algún producto tóxico para ellos y en ese caso sí es necesario bañarlos. Prepara un recipiente y llénalo con agua tibia hasta unos 5 cm más o menos. Introduce a tu mascota y limpia la mancha frotando con tu mano. Puedes usar un champú siempre que sea uno para bebés o formulado especialmente para roedores. Ten mucho cuidado de no mojar su cabeza, sobre todo ojos, nariz, boca y oídos. Cuando ya esté limpio aclara bien para no dejar restos de champú, sécalo con una toalla o un paño suave con mucha delicadeza para no dañar sus frágiles patitas. Finalmente deberás secarlo con un secador de cabello, pero poniéndolo a bastante distancia para evitar quemaduras en la piel. Una vez que esté completamente seco puedes devolverlo a la jaula, en lo posible dejándole algún paño limpio para que pueda abrigarse si lo necesita. Luego déjalo tranquilo para que se reponga del estrés que supone este inesperado chapuzón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario