En pleno siglo XXI, denominado el siglo de la comunicación gracias a los avances de la tecnología siendo tan fácil relacionarse con otra persona incluso encontrándose al otro lado del mundo, cada vez hay más gente que sufre un trastorno psiquiátrico conocido como Síndrome de Noé. Éstos se aíslan del resto de la sociedad encontrando en los animales la compañía que evita tener con otros humanos.
Tienen un perfil bastante característico, normalmente son personas de edad avanzada con carencias afectivas, y desconfiadas con el mundo que le rodea.
Las personas que sufren esta patología son incapaces de reconocer que ni ellos ni los animales que tienen viven en condiciones correctas.
Son casos de muy difícil resolución, ya que, para empezar, se trata de personas reticentes a deshacerse de los animales. Por otro lado, encontrar hogar a todos estos animales, que en muchas ocasiones sufren enfermedades por no haber sido tratados veterinariamente o por problemas de sociabilización, es una tarea difícil. Hay que añadir el agravante de que cuando se consigue retirar todos los animales, en poco tiempo vuelven a tener otros. Ante esta problemática que va en aumento, es necesaria la colaboración de todos los entes implicados: asociaciones de protección animal, administraciones y servicios sociales.
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