lunes, 25 de enero de 2016
La Dieta del Puma depende menos de la ganadería de lo que se cree
Nuevos monitoreos revelan que el mayor felino de Chile tiene una dieta variada basada en guanacos, zorros y liebres, y no sería necesariamente un gran depredador de cabras y ovejas, como lo acusan los ganaderos.
Si se le pregunta a cualquier ganadero cuál es el peor enemigo de su ganado, lo más seguro es que dirá pestes de los pumas. El felino se ha transformado en el principal acusado a la hora de buscar responsables por la desaparición de ovejas o potrillos.
Pero la realidad es más compleja. En un monitoreo en la cuenca alta del río Cachapoal (Región de O’Higgins) y que encabeza el biólogo Eduardo Pavez, de la consultora ambiental Bioamérica, por encargo de Pacific Hydro, han salido a la luz varias sorpresas sobre el comportamiento y los hábitos alimentarios del puma.
Allí hay un conflicto ancestral entre los pumas y el ganado. “Pacific Hydro, que construye una serie de proyectos en el área, incluyendo la central de pasada Chacaye, se involucró en el tema como una forma de apoyar al SAG y obtener información objetiva sobre la situación”, explica Pavez.
El trabajo se inició a mediados de 2013 con la instalación de 40 cámaras trampa. Tras un año de monitoreo pudieron establecer los lugares más frecuentados por estos animales.
A partir de ello, instalaron trampas jaula para capturar algunos pumas y equiparlos con collares que emiten señales vía satélite.
Tras dos meses sin resultados, lograron capturar una hembra y le instalaron el dispositivo de rastreo. Con él pudieron hacer un seguimiento del animal por 800 kilómetros cuadrados y descubrir sus escondites y lo que comía.
“Nos sorprendió la alta frecuencia con que se alimentan de zorros; no teníamos antecedente de esto”. En dos meses, la hembra logró matar a seis.
Esto revela la importancia ecológica que tiene el puma para regular las poblaciones de otros depredadores, según explica el biólogo. En los estudios anteriores, la mayor proporción de presas que capturaba correspondía a conejos y liebres (70%) y potrillos (10%).
“Quizás la captura de zorros sea una situación estacional, ya que veníamos saliendo de una gran sequía, y las poblaciones de conejos estaban bajas. Tal vez cuando esto ocurre, el puma caza zorros, y así disminuye la presión sobre los otros animales y facilita el aumento de su población”.
El sensor no tiene video para observar la actividad del animal, pero envía una señal cada 90 minutos. “Cuando se acumulan señales procedentes de un mismo punto, lo más probable es que el puma se haya detenido a cazar, y cuando se trata de presas de tamaño medio o grande, puede pasar cinco días en el lugar”. Cuando van a revisar, normalmente se encuentran con los restos de la presa.
A finales de este mes reanudarán las capturas para hacer un nuevo seguimiento. “También vamos a poner unos dispositivos a los potrillos que suben a las veranadas y que emiten una señal específica cuando quedan inmóviles; es decir, si un potrillo muere, podremos verificar la causa”.
“Esto es importante -dice-, porque hoy cualquier desaparición o muerte se le atribuye de inmediato al puma. Pero por los análisis de alimentación a partir de fecas, hemos visto que si bien es efectivo que matan potrillos, aparentemente su importancia no es tan relevante como acusan los arrieros”.
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