El lobo ibérico (Canis Lupus signatus, Cabrera 1907) pertenece al orden Carnívoro y a la familia Canidae.
No existe otra especie que haya estimulado de tal forma la imaginación humana, ni que haya generado tan vasta cultura de mitos, cuentos y leyendas, cuentos y leyendas que normalmente van asociados a seres oscuros, mitológicos e infernales. Quien quiera investigar por sí mismo, observará que detrás de la mayoría de estos cuentos y leyendas hay un trasfondo oculto y oscuro.
Ningún otro animal ha provocado tanto terror, odio y a la vez admiración, y a ningún otro se le han atribuido tan fantásticas cualidades como al lobo.
Es precisamente esta carga mitológica con la que le hemos rodeado la causa de que a pesar de ser una especie estudiada intensamente, y de que los resultados de estas investigaciones se encuentren a disposición del público en numerosas publicaciones siga primando entre nosotros la superstición ante la ciencia, la pasión ante la razón.
Hemos deformado esta especie hasta el punto de que las diferentes opiniones sobre su situación, problemática y gestión se defienden con exagerada pasión, a veces con tal nivel de TOZUDEZ que se imposibilita el debate y las posturas se llegan a radicalizar hasta el punto de impedir que los sectores implicados e interesados en su manejo lleguen a acordar las medidas necesarias para conseguir la conservación más efectiva de la especie y a la vez que esta suponga la menor conflictividad posible para la población humana que con ella tiene que convivir.
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