martes, 22 de agosto de 2017

Tortugas de tierra dentro de la casa: alojamiento y sustrato

Esta es la segunda parte del artículo en el que hablamos sobre iluminación y temperatura para tortugas terrestres que viven dentro de la casa. Volvemos a decir aquí que este tipo de mascotas viven mucho mejor en un jardín, con las protecciones que hagan falta contra predadores y siempre que el clima lo permita, pero como hay muchas tortugas que viven en apartamentos o en climas que no les son propicios, decidimos escribir algunos consejos para ayudarte a darles una buena calidad de vida.



Mientras tu tortuga sea pequeña puedes acomodarla en un recipiente de plástico grande con la iluminación UVB y calefacción si hace falta. Esto te dará tiempo para planificar su espacio cuando sea grande. Para esto debes conocer cuál es el tamaño adulto de la especie de tu tortuga. Las tortugas que comúnmente se tienen como mascota (testudo, kinixys, terrapene, agrionemys, geolchelone, etc.) alcanzan un tamaño adulto de alrededor de 25 cm y pueden alojarse dentro de la casa en el invierno. Las tortugueras de cristal no son la mejor opción, pues no son suficientemente grandes y además la ventilación no es buena, lo que provoca enfermedades respiratorias. Una opción mucho mejor son los corrales hechos con madera, que deben medir alrededor de 1m cuadrado (cuánto más espacio, mejor). La altura de las paredes debe ser de al menos el largo de la tortuga para evitar que trepe y escape. Allí puedes instalar lámparas con brazo para las luces con radiación UVB/A y la calefacción. Recuerda que debes crear un gradiente de temperatura dentro del recinto para que la tortuga pueda escoger donde quedarse para regular su temperatura corporal.

Ubica un recipiente chato con agua dentro del corral, así tu mascota puede beber y mojarse si lo necesita. También es ideal si puedes preparar uno o varios cajones con tierra y hierbas comestibles; eso le dará oportunidad de pastar y aporta una variedad de nutrientes frescos a su dieta. Compra o fabrica una especie de cueva donde la tortuga pueda refugiarse; ellas buscan muchas veces rincones oscuros para descansar. Cerca de la zona donde están las luces pon alguna planta más alta para generar sombras. Es muy pero muy importante que tengas un termómetro para medir efectivamente la temperatura en ambos extremos del recinto. Estas tienen que coincidir con los límites inferior y superior del rango apropiado para tu especie, así ella podrá moverse al sitio que tenga la temperatura que necesita en cada momento para alimentarse, digerir y realizar todas sus funciones vitales con normalidad.

El sustrato también es importante. En el caso de las tortugas de origen tropical debes buscar un sustrato que retenga la humedad, como la corteza de coco o musgo. Para las del desierto es mejor colocar heno, cortes de césped seco o un simple papel trozado. Evita la arena o la grava, que pueden ser ingeridas y provocar obstrucciones intestinales. En todos los casos es ideal que la tortuga pueda escarbar para brindarle algo de entretenimiento. Otra forma de crear un hábitat más interesante es poner desniveles para trepar, algunos troncos y demás objetos de decoración que no puedan lastimar a la tortuga.

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