sábado, 11 de marzo de 2017

Cuidados de las Ninfas o Carolinas

Las ninfas son excelentes mascotas y con los cuidados adecuados acaban siendo aves de compañía adorables y divertidas.

En otros artículos sobre ninfas, hicimos algunas recomendaciones para los amantes de los animales que deciden adoptar un pájaro como mascota por primera vez. En esta ocasión, profundizamos en la experiencia de adoptar una ninfa como animal de compañía y te ofrecemos algunos consejos específicos sobre su alimentación, su higiene y el espacio que necesitan.



1. Jaulas para ninfas


Las ninfas son activas y curiosas, les gusta trepar, jugar y moverse, de modo que necesitan un espacio grande donde puedan colocarse accesorios y tengan espacio suficiente para volar. Las jaulas para ninfas deben tener una base mínima de 50×50 cm y unos 65 cm de altura, pero cuanto más grandes mejor. La separación entre barrotes no debe exceder los 2 cm y es recomendable que alguna de las paredes tenga barrotes horizontales para que las ninfas puedan trepar. Si tienes la posibilidad, lo ideal es contar con una jaula pajarera grande al aire libre donde las ninfas puedan volar y jugar.

2. Higiene de las ninfas


Al igual que con cualquier otra ave, la jaula para ninfas debe limpiarse a diario. La mayoría de las jaulas grandes para pájaros cuentan con una bandeja extraíble en la parte inferior que nos facilitará considerablemente las tareas de limpieza. Resulta muy conveniente que la base de la jaula para ninfas tenga un zócalo alto para impedir que los restos de comida y semillas se salgan de la jaula. Es imprescindible lavar los bebederos y comederos cada día, para evitar la acumulación de bacterias.

3. Accesorios y juguetes para ninfas


Las ninfas, como la mayoría de las mascotas, necesitan juguetes para entretenerse, cualquier juego que las estimule funcionará. Algo que despierta su ingenio es ocultar la comida y que ellas tengan que encontrarla. Puedes incluir en la jaula para ninfas algunos juguetes de cartón para que los rompan y otros más duraderos como pelotas y objetos de madera. También son muy necesarios los columpios, cuerdas, escaleras y rampas, para que trabajen distintos grupos musculares sin dañarse las patas. Es recomendable reparar o renovar los juguetes en caso de que las ninfas los desarmen en piezas pequeñas para evitar accidentes.

4. Alimentación de las ninfas


Otro aspecto importantísimo para el bienestar de las ninfas es la alimentación. Una dieta equilibrada está compuesta por una buena comida para ninfas y una porción diaria de fruta o verdura fresca. Estas aves de compañía son auténticas sibaritas y cada una tiene sus gustos, pero en general les encantan las fresas, los arándanos, las bananas, las manzanas, la espinaca, los guisantes, el maíz, los brotes de semillas, el mijo, las pipas de girasol, el lino y el sésamo. Prueba a dárselos fríos, tibios, cocidos, deshidratados o en forma de puré. En la naturaleza, las ninfas comen algún gusano de vez en cuando, así que puedes ofrecerle trocitos de pollo, huevos cocidos o gusanos de los que se venden habitualmente para reptiles. Lo mejor, es hacerles probar una gran variedad de alimentos desde pequeñas, dado que luego se vuelven algo menos receptivas y rechazan los sabores nuevos. El mejor momento del día para ofrecerles los alimentos frescos es por la mañana, cuando las ninfas están más dispuestas a comer. Siempre que puedas, ofréceles alimentos orgánicos y lávalos bien para que no contengan pesticidas, colorantes ni otras sustancias químicas.

Prepárate para dedicarle tiempo y disfrutar al máximo de tu ninfa, ya que es una mascota excepcionalmente divertida y cariñosa.

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